Acacia de Constantinopla (Albizia Julibrissin)

Nombre científico: Albizia julibrissin.

Nombre común: Acacia de Constantinopla.

Origen: Sureste y este de Asia, desde el este de Irán hasta China y Corea.

Características: Árbol caducifolio que puede llegar a los 15 m de altura, con copa ancha y abierta y de ramitas, raquis y inflorescencia tomentosos. La corteza es de color gris oscuro y torna a color verdoso con rayas verticales a medida que envejece. Las hojas, de estipulas caducas más pequeñas que los folíolos, son bipinnadas.

Cultivo: Es capaz de soportar temperaturas de hasta -15 ºC.

Muy poco exigente con la calidad del suelo. Necesita un buen drenaje que evite la excesiva humedad en el sustrato. Es necesario vigilar encharcamientos y exceso de humedad del suelo.

Tolera suelos salinos y calizos, o pobres en nutrientes.

Gracias a su gran sistema radicular una vez que es adulto, tolera muy bien periodos de sequía, por lo que necesitará poco riego. En los primeros años conviene estar un poco atentos y regar de 2 a 4 veces al mes en función de la estación del año.

Suele crecer alrededor de unos 5 m de media. La copa tiende a expandirse más a lo ancho que en altura, haciendo un efecto sombrilla. Esto permite una sombra que cubre gran parte de terreno aunque esta no es muy densa.

Es un árbol muy sensible a la poda, por lo que no se recomienda realizarla, salvo que sea muy necesario (ramas rotas por viento o afectadas por heladas).

Exposición: Sol.

Toxicidad: Considerada una planta tóxica por ingestión para perros y gatos. En el caso de los humanos sólo presenta toxicidad si es consumida en grandes cantidades. Hay que aumentar siempre la precaución manteniendo siempre vigilados a niños pequeños y a las mascotas cuando estén cerca de esta planta.