Higuera Bonsai (Ficus carica)

Nombre científico: Ficus carica.

Nombre común: Higuera.

Origen: Suroeste de Asia. Ampliamente cultivada en todo el mundo, es la primera planta de cuyo cultivo se tiene registro histórico.

Características: La higuera es un árbol frutal de la familia de las moráceas, la misma que la higuera.

El tronco de la higuera puede llegar a alcanzar una altura de 3 a 10 metros en su estado natural, aunque cuando se cultiva como bonsái o en espacios reducidos, su tamaño se puede mantener más pequeño y manejable.

La corteza es relativamente áspera y de color gris a marrón. A medida que el árbol envejece, la corteza puede volverse más escamosa y desarrollar grietas.

El tronco suele tener una forma recta o ligeramente sinuosa, con una estructura robusta que le permite soportar la producción de higos en sus ramas.

Las hojas de la higuera son grandes, generalmente miden entre 10 a 25 cm de longitud, aunque pueden ser aún más grandes en condiciones óptimas de crecimiento. Tienen una forma palmeada, con lóbulos profundos, lo que les da un aspecto distintivo y atractivo. Suelen tener entre 3 y 5 lóbulos, aunque también pueden ser lobuladas o entera en algunas variedades. Son de un verde intenso y brillante en la parte superior, mientras que el lado inferior puede ser de un verde más pálido y pubescente. Su superficie es suave y tiene un acabado ceroso.

La higuera tiene un dosel denso y extenso, lo que agrega a su atractivo como planta ornamental. La hoja grande contribuye a su apariencia exuberante y proporciona buena sombra.

La higuera produce higos, que son los frutos de la planta, y pueden variar en color desde verde hasta púrpura o negro, dependiendo de la variedad. Los higos son comestibles y son apreciados por su dulzura y valor nutricional.

Ficus carica tiene un sistema radicular extenso, que proporciona estabilidad al árbol y también pueden ser bastante visibles, lo que a menudo se considera atractivo en el caso del bonsái.

Cultivo: La higuera necesita mucha luz solar. Hay que colocarla en un lugar donde reciba al menos 6 horas de sol directo al día. Aunque es resistente, en climas fríos necesitará protección durante el invierno.

Usar un sustrato bien drenado, como una mezcla de akadama, piedra pómez y un poco de suelo orgánico. El buen drenaje es esencial para evitar problemas de pudrición de raíces.

Mantener el sustrato húmedo, asegurándote de que no se seque completamente entre riegos, especialmente durante el período de crecimiento. Sin embargo, evita el exceso de agua, ya que puede dañar el sistema radicular.

Realizar la poda de formación a finales de invierno o principios de primavera para dar forma al árbol y fomentar una ramificación densa. Elimina las ramas cruzadas y aquellas que no contribuyen a la forma deseada.

Pinzar los brotes nuevos durante la primavera y el verano para mantener la forma compacta y fomentar el desarrollo de ramas y hojas más finas.

Aunque no siempre es necesario, se pueden alambrar las ramas para ajustar la forma del bonsái. Hay que hacerlo con cuidado ya que las ramas de la higuera son delicadas. El mejor momento para alambrar es durante la época de latencia, en invierno.

Fertilizar cada 4-6 semanas durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado. Esto es especialmente importante para el desarrollo de frutos. Reducir la fertilización en otoño e invierno.

Transplantar cada 2-3 años en primavera, antes de que empiece el crecimiento activo. Esto permite renovar el sustrato y realizar una poda de raíces para controlar su crecimiento.

Las higueras pueden ser susceptibles a plagas como pulgones y cochinillas. Inspecciona regularmente y usa tratamientos adecuados para mantener las plagas bajo control.

Aunque las higueras son relativamente resistentes, en climas muy fríos, es aconsejable protegerlas de las heladas severas. A veces puede ser necesario trasladar el bonsái a un lugar más resguardado durante el invierno.

Exposición: Pleno sol.

Usos: Se cultiva por sus deliciosos frutos, las higos. También es popular en el cultivo de bonsáis debido a su aspecto atractivo y su versatilidad.

Toxicidad: Si bien la higuera no es tóxica para humanos, sí lo es por ingestión para los gatos y perros. Su savia lechosa (latex) puede irritar determinadas pieles sensibles. Hay que aumentar siempre la precaución manteniendo siempre vigilados a niños pequeños y a las mascotas cuando estén cerca de esta planta.