Trepadoras y enredaderas, o cómo dar un toque de distinción a tu jardín.

Del Flirck de Tanaka yuuyoh

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¿Cansado de ver esas hileras de jardines con setos formados por coníferas que parecen todos iguales? ¿Y esa pérgola de madera que con la malla de sombreo parece un puesto de mercadillo? ¿Un jardín de interior que no acaba de convencerte con tanta planta verde?
Trepadoras y enredaderas, pueden ser tus aliados en estos casos, una manera marcar la diferencia.
Lo primero es diferenciar las unas de las otras.
Las trepadoras tienen raíces aéreas (en forma de ventosa o zarcillo) que usan para agarrarse a la superficie por la que suben. Las enredaderas, sin embargo, necesitan de nuestra ayuda para poder sujetarse a la superficie. Bastará con que utilicemos unas bridas, alambres o sujeciones específicas para sujetarlas, aunque a veces nos toque tirar unas guías con alambre que nos sirvan como base.

Hoy os traemos un listado de enredaderas con flor, sin flor y para interior. Elige la que más te guste para tu jardín o terraza.

Enredaderas con floración en primavera-verano

Madreselva (lonicera japonica)

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Una de la enredaderas más usadas y conocidas. Flores blancas y rosáceas, amarillas, naranjas o rojas en algunas variedades. Crece de manera tupida si la podamos durante el invierno.
Tiene un crecimiento rápido y es una de las más usadas para hacer setos. Aunque es común verlas a pleno sol, agradecen algunas horas de sombra durante el día, sobre todo en ciudades como Madrid.
En invierno suelen perder bastante hoja si hay heladas fuertes, quedando algo deslucidas, pero recuperan su follaje sin problemas.

Bignonia (Campsis radicans)

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Mucha gente las confunde con las daturas por sus flores en forma de trompeta, siendo las bignonias flores más pequeñas y, en general, enredaderas más manejables dada la flexibilidad de sus ramas.
Son de hoja caduca, crecimiento concentrado desde la salida del invierno hasta el otoño, aguantando las heladas gracias a que entran en parada.
Su floración resulta espectacular, si la utilizamos para cubrir postes de pérgolas, o elementos verticales (alguna columna del porche, etc), cuando estén en pleno auge de su floración no podrás apartar la mirada de ese sitio.

Jazmines

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Cuando pensamos en jazmines siempre nos viene a la cabeza su olor. Variedades hay muchas, Solanum (velo de novia) y Polyanthum (muy conocido como jazmín chino) son dos tipos que funcionan bien en casi cualquier clima. Flores blancas, pequeñas y abundantes, hojas que pueden ser desde ovaladas a más afiladas según la variedad escogida, pero siempre aportando ese toque fresco a nuestros jardines y terrazas.
Los jazmines, al igual que mucha enredaderas, se comportan como plantas de hoja semicaduca (o caduca directamente allí donde las heladas son fuertes) o perenne dependiendo de la climatología.
Los cuidados en todos ellos son similares, prestando especial atención a las podas de saneamiento para que no se no vuelva demasiado leñosa la planta en sus ramas interiores, ganando volumen pero perdiendo densidad vegetal (aplicable a la mayoría de enredaderas y trepadoras).
Todos necesitan ser guiados por la superficie en la que vayamos a cubrir.

Plumbago o Jazmín azul

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Otra de las enredaderas que se comportan como perennes o caducifolias según el clima. Conocidas como jazmín azul, son muy apreciadas por el color de sus flores. Es común verlas en formato arbustivo, similar a los jazmines amarillos, pero si los guiamos se pueden convertir en una opción interesantes.
De todas quizá la que menos apariencia tiene de enredadera, pero cumple bien su cometido. De floración uniforme, igual que la mayoría de los jazmines, y que, según el clima, puede durar casi todo el año.

Clematis y Passifloras

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Dentro de las trepadoras, las Clematis y Passifloras (flor de la pasión), son de las que menos se utilizan con intención de crear pantallas naturales. Cuando la utilizamos de esa forma, se suelen combinar con otras especies perennes de trepadoras que aporten volumen o base a las otras. Sin embargo, dentro de las trepadoras con flores, son de las más espectaculares.
Flores grandes (si bien es cierto que en las passiflora duran poco), con coloraciones en violetas combinados con blancos y salpicados de azules, pondrán la nota exótica en nuestros jardines.

Wisterias o Glicinias

Del Flirck de Tanaka yuuyoh

La glicinia es una de las trepadoras que pueden llegar a ser más longevas y pudiendo llegar a alcanzar tamaños impresionantes, son verdaderos gigantes. Su floración abundante en racimos que acaban colgando son muy llamativos cuando la utilizamos para cubrir una pérgola. A pesar de ser de hoja caduca y pasar el invierno en parada, su crecimiento es vigoroso y rápido, por lo que es una buena opción si lo que necesitamos es cubrir en poco tiempo.
En invierno, con las ramas desnudas, muestra una madera retorcida y flexible, que en las zonas más bajas puede llegar a alcanzar importantes grosores para ser una enredadera. Recomendable plantarla en suelos profundos, debido a la fuerza de sus raíces. Si lo hacemos en maceta, que sea una maceta resistente, ya que en la zona aérea tendrá que soportar bastante peso en época de floración y en el cepellón necesitará contener las raices a medida que crezcan.

Falso jazmín o jazmín de estrella (Trachelospermum o Rhynchospermum jasminoides)

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Uno de los jazmines más utilizados en jardinería debido a su resistencia a los inviernos y a que es de hoja perenne. Se le llama también jazmín de leche debido al látex que contienen el interior de sus ramas, y que funciona como repelente para algunos insectos. Que sea perenne y resista heladas, lo convierte en una alternativa a trepadoras como la hiedra, o al clásico seto de conífera en zonas como Madrid con clima que oscila entre los 40º en verano y -5º en invierno.
Sus flores, con forma similar a una de cuatro puntas, de color blanco, se suceden durante toda la primavera y principios del verano, durando a veces más. Tolera exposiciones entre semisombra y pleno sol. En invierno, su follaje suele adquirir tonos morados y rojizos si hay heladas recurrentes.

Enredaderas sin flor

Hiedras

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Clásico de la jardinería por excelencia, sobre todo la hedera helix (hiedra verde de hoja grande de toda la vida). Yo creo que la hemos visto todos en todo tipo de exposiciones (tostada a pleno sol, vigorosa en semisombra, y más pobre en exposiciones de sombra casi total), y siempre sale adelante.
Antiguamente se utilizaba tanto en jardinería porque era una apuesta segura: dura, perenne, resistencia a plagas y enfermedades. Con los años su uso en setos y suelos (como tapizante) se ha reducido en favor de trepadoras menos invasoras en cuestión de raíces, y más centradas en la floración.
Aún así, variedades de hiedra como la mini o la variegada, pueden dar un toque diferente a nuestro jardín si no queremos la hedera helix y sí buscamos una apuesta segura.

Parra Virgen

parra-virgenOtra de las clásicas de la jardinería. La parra virgen, en sus dos variedades más conocidas, Ampelopsis y parthenocissus, siempre ha sido una de las trepadoras más utilizadas por su rápido crecimiento y su escaso mantenimiento.

Lo más llamativo de esta planta de hoja caduca es que a medida que avanza el frío, sus hojas comienzan a ponerse rojas, siendo uno de los estadios más llamativos de la trepadora. Al igual que la anterior, su floración no es relevante en la estética de la enredadera.

Enredaderas de interior con flor

Diplademia

enredadera-diplademia-jazmin-chile

Cuando tenemos un jardín de interior parece que estamos más limitados a la hora de encontrar variedad de plantas. Pensar ya en una enredadera, con flor, parece casi imposible de encontrar para un jardín interior. Lo más parecido a una enredadera que nos viene a la mente a la mente es un Poto (¡qué haríamos sin ellos!), pero hay una opción que reúne la clase de una enredadera exótica y la posibilidad de tenerla todo el año si la mantenemos en interior.
La Diplademia o jazmín de Chile, es muy conocida en latinoamérica y toda la franja tropical (en algunos lados se la conoce como jazmín de la Pampa)
Flor en forma de campanilla y de buen tamaño, con colores que van del rojo intenso a tonos rosa claros. Es muy común encontrarlas en maceta enredadas a un arco como planta de regalo (en el mismo plan que una orquídea con una maceta de cristal, etc), pero si la desenrollamos y la enganchamos a una espaldera o celosía, podemos tener un panel vegetal con una floración espectacular dentro de nuestra casa.
En verano podemos tenerla en el exterior, siempre a la sombra, pero en cuanto las temperaturas bajen con la llegada del otoño, hay que meterla dentro de casa.
Hay muchas más, como en todo lo relacionado con el mundo de las plantas, depende de lo que necesites, del clima de tu zona y el diseño de tu jardín.
¡Únete al hilo de comentarios y cuéntanos cuál es tu favorita!

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